KLEERUP


Andreas Kleerup, conocido profesionalmente por su apellido, es un productor musical sueco, que seguramente dará de que hablar en este año, ya que ha estado trabajando con buenos artisas, y su música es como un aire fresco.
En el mundo del electropop Kleerup tiene bastante que ver. Tras dejar de lado a su banda The Meat Boys— lo demuestra con su proyecto de 13 tracks que dejan un excelente sabor de boca.

Los delicados adornos musicales de cada entrega compaginan con las colaboraciones de varias chicas, que espléndidamente, dan toques super dulces en las vocales. Las participantes son Robyn, Titiyo y Linda Sudblad.
Sus arreglos en las cuerdas le dan a Kleerup, un sonido classy muy sincero: arpegios de ensueño y armonías que suenan de repente a Saint Etienne en el momento old school 90's, Röyksopp cuando suceden los arpegios noventeros y bajos pulsantes, y hasta la misma Likke Li en la parte sweet del álbum.

Trellick Tower —sin relacionarla con la obra brutalista del arquitecto Goldfinger en Londres— es un viaje en tren en un mundo moderno, en donde el electro brilla en su fase más contemplativa. Después escucharemos a Neneh Cherry y un agraciado coro de niños que la acompañan en Forever.

Con un comienzo ligeramente obscuro (como muchos productores escandinavos sugieren) se desarrolla Until We Bleed. Este track aderezado con la deliciosa voz de Likke Li nos deja con la vista a la nada, anonadados y con un sin fin de imágenes mentales corriendo a la par de la canción, como un film de 9mm.

Aunque suena un tanto pop, el ávido Kleerup se dio a la tarea de demostrar que hay producciones de calidad y con propuestas diferentes a lo que normalmente está en la radio y el billboard. Esto confirma que en la Suecia actual hay mucho más que material de pop digerible y comercial, tal como ha sucedido en decadas anteriores con los masticadísimos ABBA y Ace of Base.

Texto: Carlitos el Madrugador.