MÚSICA NUEVA

CREPÚSCULO - ECLIPSE
BANDA SONORA.

Ya la segunda parte Luna Nueva apostó por la música indie como baluarte para la banda sonora, y la tercer píldora de la saga Crepúsculo, Eclipse trae una hilera de artistas más que conocidos en las esferas alternativo-comerciales: UNKLE, los susurros de Band of Horses, los juguetones Vampire Weekend, la sectaria Florence (and The Machine) o Muse, con el sencillo de apertura al disco, son las calorías 'indies' que se podrán escuchar en este disco, además de The Bravery, Sia, The Dead Weather y Battles. En lo personal prefiero la banda sonora que la película.

FAITHLESS
The Dance

En Cada paso (álbum) que dan los británicos la arena del anterior se queda levemente en el zapato para paortar lo necesario a los próximos metros. En este sexto avance en quince años de carrera, las atmósferas cargadas (Feel Me) para las horas vampíricas vuelven a ser la dinamita de estos esotéricos del dance que a veces tienen el defecto de acusar la nostalgia pasada. La grabación se mira con ojos de gula electrónica y el empacho noctámbulo es gratificante, incluso se le añaden especias reggae (Crazy Bal'Heads) y el buen adorno de tener la susurrante voz de Dido en dos canciones.


SCISSOR SISTER
Night Work

Aunque los neoyorquinos no dejan de elaborar menús cuyo dietiesta es la FM, el sencillo Fire with Fire o los aires del tercer milenio de Skintight, su tercera grabación de estudio es otro viaje en el tiempo veintipico años atrás. La pieza inaugural es un injerto cerebral de la atmósfera estramboótica del Beverly Hills de los ochentas, peinados arriba y faldas al ombligo (Skin This Cat) para difuminar la epidemia de la pista de baile. El único punto negativo es que las 'hermanas' se olvidan del falsete, Any Which Way es la excepción.

CRYSTAL CASTLES
Crystal Castles II

Brillantemente desquiciantes, mutiladores y abrasadores son los tonos del segundo álbum (también homónimo) del dúo canadiense cuyas vísceras low-fi irradian Shoegaze en el senscillo Celestica, y abre el camino a una grabación más pop que la de hace dos años, algo inevitable. La sangrienta distorsión no la abandonan Doo Deer, provocando el caos en una atmósfera de rave inagotable Baptism y dando una epilepsia psíquica al conjunto del disco. Han trascendido a la estratosfera en el momento más complicado de la carrera de un músico, saber confirmar el éxito del disco debut.

THE CHEMICAL BROTHERS
FURTHER

Escalofriantemente compatibles, descubriendo nuevos compuestos químico-psiquicos, experimentando con la ciencia electrónica perforadora... Rowlands y Simons nos están acostumbrando a esperar tres años para conocer sus nuevos estudios científicos para entrar en trance. El séptimo álbum de estudio del dúo londinense vivene con una etiqueta más psicodélica y melódica pero los dos primeros temas son una catarsis psicológica: Snow, contrastando el chirreo con la susurrante voz femenina ambientalmente etérea, y Escape Velocity creando una vorágine de energía acumulada que estalla por doble partida en los doce minutos de la pieza. Cada canción va con su pareja visual facturada específicamente para polinizar a la masa a áreas inexploradas de la mente; Swoon, el primer sensillo, inaugura la saga.

Texto: D.G