Se conmemora el centenario del nacimiento de Jean Genet con la publicación de El enemigo declarado.
Hijo bastardo de una prostituta, abandonado a su suerte en la asistencia pública francesa con un año de edad, adoptado a los 8 por un carpintero, ladrón desde la niñez y privado de su libertad en un sinnúmero de cárceles durante toda la adolescencia, Jean Genet nunca imaginó convertirse en uno de los estandartes de la literatura universal. Su obra es una crónica de la moral del mal, una tesis del cuestionamiento existencial y una profunda rebelión contra la sociedad y sus costumbres. A un mes de haberse cumplido el centenario de su nacimiento (19 de diciembre de 1910), bajo el título de El enemigo declarado (Errata Naturae, 2010) se publica un libro en el que seleccionan, en español, todos los artículos, entrevistas y discursos que hizo Genet entre 1964 y 1986.
Jean Genet dio atisbos de lucidez desde muy pequeño. Sus notas en el colegio eran extraordinarias, pero su ingenio no pudo ser ubicado. Más bien su condición adversa lo convirtió en ladrón consumado y lo empujó también a la prostitución. Todos estos detalles de su infancia fueron amplificados por el mismo Genet en su primer libro Miracle de la Rose (El milagro de la rosa, Gallimard, 1946), escrito con hojas de papel robadas durante su estadía en la cárcel.
Cuando Genet cumplió 18 años se enlistó en el Ejército. Se creía que su vida tomaba un nuevo rumbo. Sin embargo, su servicio a la patria francesa acabó pronto, ya que en el interior de una bartolina, fue encontrado en pleno acto sexual con otro de sus compañeros. Echado de los cuarteles, a partir de ese momento, prosiguen sus andanzas como vagabundo y ladrón a lo largo de una Europa en constante reconstrucción. Sobre todas estas peripecias personales escribe en Journal du voleur (Diario del ladrón), un compendio de personajes de lo peor, que se ocultan en la calle a la protección de la oscuridad. En 1937 se cree que regresa a París, donde entra y sale de la cárcel en numerosas ocasiones acusado, una vez más, de robo, mendicidad, falsificación de documentos y conducta impúdica y obscena. De vuelta a la familiaridad de las prisiones, escribe el poema Le condamné à mort en 1942. Al menos 10 condenas consecutivas pesaban sobre Genet cuando percibía la amenaza de la cadena perpetua. Pero amigos como Jean-Paul Sartre, Jean Cocteau (quien utilizó su influencia para la publicación de Notre Dame des Fleurs) Pablo Picasso y otros personajes de la vida artística e intelectual francesa que, encandilados por los pasajes y personajes que habitaban las publicaciones de Genet, pidieron el indulto personalmente al Presidente de la república y su condena fue finalmente revocada en 1948. Genet nunca volvería a ser encarcelado.
Puntual pero depresivo.
Para 1949, Genet ya había publicado 5 novelas, 3 obras teatrales y varios poemas. En ellas, como cronista vivencial, retrataba de forma totalmente explícita y sugestiva tanto el crimen como la homosexualidad, motivos suficientes para que su provocadora obra fuera, no sólo censurada, sino prohibida en muchos países. En esa misma época, Sarte publicó Saint Genet comédien et martyr (1952), un ensayo que hacía largo análisis sobre el mismo Jean Genet, a quien, luego de la lectura, lo sumió en una profunda depresión, por lo cual dejaría de escribir durante años.
Otra tragedia marcaría la escritura de Jean Genet. Todo el tiempo en que no publicó, su vida amorosa estuvo estrechamente ligada al artista reconocido en toda Francia, Abdallah, quien acabó con su propia vida en 1964. Genet intentaría suicidarse luego de ese acontecimiento.
El mayo francés de 1968, aparte de rescatarle alguna motivación creativa, le marcaría un aguzado sentido político. A partir de entonces se convertiría en otro tipo de cronista con dotes de periodismo, de denuncia y realidad. En 1984 la Academia Francesa le concedió el Premio Nacional de Literatura. Sería hallado muerto 2 años después, casi olvidado, su entierro tuvo lugar en un cementerio de Marruecos.
Con ocasión del centenario del nacimiento de Jean Genet se publica El enemigo declarado, obra recoge todos sus artículos, entrevistas, declaraciones, prefacios, manifiestos o discursos de 1964 a 1986. Tanto la originalidad de los planteamientos y enfoques, como el tono empleado por su autor convierten estos textos en una suerte de testamento ideológico y vital de uno de los escritores más revolucionarios e innovadores del siglo XX. Su testimonio sobre muchos problemas que siguen siendo hoy actuales se alza sobre una extraña paradoja: Genet fue uno de los escritores más solitarios y apartados de la vida en sociedad y, al mismo tiempo, uno de los más comprometidos con la realidad de su época.
El libro puede adquirirse desde distintos portales de venta en Internet.