Te presentamos algunas de las fotografías de la serie "Narcisos y Ofelias" del artista español Manuel Delgado (Villafranca de los Barros, Badajoz, 1966). Nos ha gustado mucho su trabajo, así que verás próximamente más trabajos de él.
¿Quién dice que no importa el tamaño? El tamaño importa. Sobre todo en una isla donde sólo hay sitio para dos. Importa el tamaño de la comunicación. El tamaño de la transparencia. El tamaño de la reciprocidad. El tamaño, en un sentido amplio y profundo, de la diversión. El tamaño de la bondad, del deseo y del cariño. El tamaño de la aventura… Nunca he tenido una regla debajo de la almohada (¿qué regla hay que mida la belleza?). Pero el tamaño me importa y mucho. En las distancias cortas, la piel es la que manda. Y la piel es el órgano más grande del cuerpo de quien deseo, aunque sólo sea con un amor efímero. La piel, la tensión, los fluidos, la mirada, la respiración…, un puntito de agresividad en la ternura; un foquito de luz en lo oscuro; una disonancia para romper la ñoñería; besos en la almohada y un consolador en la mesilla. Enfin, dar rienda suelta a todos los contrarios en cada rincón de la isla. Y nadar por la noche en las cataratas y sembrar contigo trigo (que algo habrá que comer que no sea el rabo del que espera o el agujero del que acaba de llegar).
¿Quién dice que no importa el tamaño? El tamaño importa. Sobre todo en una isla donde sólo hay sitio para dos. Importa el tamaño de la comunicación. El tamaño de la transparencia. El tamaño de la reciprocidad. El tamaño, en un sentido amplio y profundo, de la diversión. El tamaño de la bondad, del deseo y del cariño. El tamaño de la aventura… Nunca he tenido una regla debajo de la almohada (¿qué regla hay que mida la belleza?). Pero el tamaño me importa y mucho. En las distancias cortas, la piel es la que manda. Y la piel es el órgano más grande del cuerpo de quien deseo, aunque sólo sea con un amor efímero. La piel, la tensión, los fluidos, la mirada, la respiración…, un puntito de agresividad en la ternura; un foquito de luz en lo oscuro; una disonancia para romper la ñoñería; besos en la almohada y un consolador en la mesilla. Enfin, dar rienda suelta a todos los contrarios en cada rincón de la isla. Y nadar por la noche en las cataratas y sembrar contigo trigo (que algo habrá que comer que no sea el rabo del que espera o el agujero del que acaba de llegar).
LINK: http://www.manueldelgado.eu