Texto: MANRA
¡Cállense que estoy enamorado y esa canción me llega! Le digo a mi familia en el carro. La carretera trata de distraerme, me cuesta; las carcajadas gracias a las ocurrencias de mis sobrinos opacan los acontecimientos recientes. El vacío fue menor esta vez, el destino me llevó por un caminito en el que me topé con un muchachón, un cuate buena onda, un cuate al que yo no sabía cómo abordar, cómo hacerle responsable de sus miradas. Pues nada, de somatón: "¿Qué onda, cómo estás?"...
Así inició otra mini historia, otra cosita que contarles, otra cosita que me mueve la mariposita en mi panzota. Si me gustan canches, si me gustan velludos, si su sonrisa, que hable lo que yo, que sus sentimientos, que cualquier cosa en la fantasía de mi cabeza; pero la realidad me topa con un variado menú y en ese esta W, él; un chavo similar a mi, que no nos gusta socializar, que no tenemos vicios, que nos costó mucho salir, entender y aceptarnos etc, etc, etc.
La intimidad a mil por hora sin intimar, lo prefiero así. Llegando a la edad estoy en que si el sexo aparece espantará el amor. Es así que me disfruto de su conversación, que declamo mi mejor repertorio, logro ganar su confianza, logro que me llame en diminutivo, me deja acariciarle, nos ponemos románticos, me deja sintonizada su radio favorita "Pa que pensés en mi." Me dice. Mis ánimos suben, los de él también, nos sentimos bien los dos, encajamos en esos breves momentos, al final reluce siempre su tiempo cronometrado. “Hacé lo que podás en 15 minutos, no quiero hacer nada.” “¡¿Y crees que logre llegar a todas las bases en tan poco tiempo?!” le pregunto, "Pues depende de vos.”
Me queda un minuto y creo que de plano ¡meto jonrón! él ríe, su risa es la compañía en mis caminos. Pero persiste que soy sólo yo el que motivo, y él el que... "Yo estoy con cuates en buena onda, pero mi rollo son las chavas." Él tiene mucho camino que recorrer y no sé si acompañarle, yo ese camino ya lo recorrí.
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